Apenas consciente en la oscuridad, con la tenue luz de
luna,
Vislumbro tu rostro en cada sombra que pretendo
percibir,
E intento recordar, cómo era… ¿Cómo eras? Ah… Como una
canción de cuna,
Me adormecías en tus brazos y apretando con suavidad,
extinguías mi sentir.
Todo cuanto recuerdo de ti duele, hace daño.
Así eras, tan dulce y tierno como sólo podrías serlo
tú.
Torturas mi alma, eres el más cruel engaño.
El dulce veneno que, sin más, mata con suavidad, sin
premura, así eras tú.
Eres la sombra torcida de un pasado casi olvidado,
La pesadilla que asecha mis sueños, que destruye mi
alma a pedazos,
Cuanto más recuerdo tu rostro, me siento más cansado.
Me alcanzas a donde vaya, el más oscuro tormento, pasado
en trozos.
Casi todo he olvidado, pero aún sigues aquí,
acongojado,
Como si esperaras perdón alguno que librase tu alma carente
de gozo.
Tú, todo cuanto he odiado, olvidado, perdido y amado,
Fantasma sin vida, sin nombre, vuelve a tu oscuro y
húmedo, calabozo.
Aquí ya no tienes quién espere. Tu partida, por fin he
superado.
Yggdrasil